viernes, 29 de abril de 2016

HISTORIA DEL COSMOS

ALGO + QUE D.: MANUEL TOHARIA: “HISTORIA DEL COSMOS”. (El origen de la vida) ^ Según la tradición, Moisés, escribió, por inspiración de Dios, el Primer Libro de la Biblia, “El Génesis”, durante la marcha del Pueblo Hebreo por el desierto, tras su huida de Egipto. El Libro narra el origen del Universo, así como de la vida y especialmente del género humano. Dice así: “En el principio creó Dios el cielo y la tierra, pero la tierra estaba informe y vacía y las tinieblas cubrían la superficie del abismo. Luego Dios hizo la luz y separó la luz de la tinieblas… después hizo el firmamento y separó las aguas de arriba y abajo del firmamento y al firmamento lo llamó cielo… luego separó las aguas de la tierra, y dijo “produzca la tierra hierba verde y dé simiente y plantas fructíferas… más tarde dijo haya lumbreras o cuerpos luminosos en el firmamento, que distingan el día de la noche… y dijo también produzcan las aguas reptiles animados que vivan en el agua y aves que vuelen sobre la tierra… y creó los grandes peces y todos los animales que viven y se mueven… y produzca la tierra animales vivientes de cada género, animales domésticos, reptiles y bestias silvestres.. y dijo por fin “hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra y Dios los crió varón y hembra… y echóles Dios su bendición y dijo “creced y multiplicaos”. La narración del Génesis, aunque parezca inverosímil, se acerca a los conocimientos que hoy tenemos sobre el origen y evolución del Universo, desde aquel Big Bang inicial, cuyo origen intentamos conocer. Pero dejando de lado, todo lo anterior, uno de los mayores misterios que hoy todavía existen en nuestro mundo, es el de las teorías acerca de cómo surgió la vida en el Planeta Tierra. Manuel Toharia en su libro, cuya lectura recomiendo “Historia Mínima del Cosmos”, trata de describir todo el proceso relativo al origen del mundo y en especial “cómo surgió la vida”. Dice así: “ Pocos minutos después del Big Bang, el Cosmos inició un proceso lento, durante el cual y varios millones de años después aparecieron algunos astros, por aglomeración al azar de masas de hidrógeno…aquellas galaxias primitivas las observamos hoy en los límites del Universo actual y las llamamos cuásares… en esa época, a la vez que los cuásares y las primeras galaxias de mayor tamaño, se formaron las primeras estrellas, la mayoría de gran tamaño, muy energéticas y de corta vida… este periodo de creación y muerte de estrellas, agrupándose en número creciente de galaxias grandes y pequeñas, duró miles de millones de años… El Universos seguía expandiéndose y enfriándose lentamente… El Sol apareció hace unos 5.000 millones de años, a partir de los restos de una supernova anterior a él… poco después el Sol se encendió y tras de la muerte de la supernova anterior, la estrella madre, nació el Sol, la estrella hija, que quema hidrógeno para convertirlo en helio, consumiendo casi 350.000 millones de toneladas cada día, y así lo lleva haciendo desde hace unos 5.000 años, y le queda otro tanto para consumir el hidrógeno restante, al ritmo de 4.000.000 millones de toneladas por segundo. La materia expulsada de la masa solar, dio lugar a los planetas, entre ellos la Tierra. Nuestro planeta de hoy nada tiene que ver con el que era en su origen: un infierno de rocas ardientes y semifundidas a cientos de grados, rodeadas de inmensas nubes de vapor. En su origen era mucho menor que ahora, aproximadamente la mitad; el hierro fundido que la formaba, se hundió hacia el interior y se fue enfriando al hacerlo. ”Hace algo menos de 4.000 millones de años y en el seno de aquellas masas líquidas hirvientes, con todo tipo de minerales disueltos y en suspensión, se inició la gran aventura de la vida”. En el aire y en el agua de aquel planeta todavía joven, las altas temperaturas, la radiación ultravioleta del Sol y la variedad de elementos químicos en contacto, debió producir una especie de sopa química, aérea y marina… algunas de estas moléculas formadas en el aire a base de nitrógeno y carbono pudieron disolverse en el agua y allí pudieron reaccionar con otros elementos químicos hasta producir moléculas cada vez más complejas… por lo que sabemos hace más de 3.500 millones de años había ya aminoácidos y algunas proteínas en los mares terrestres, y también material genético… mucho más tarde hace unos 400 millones de años, aparecerían los primeros seres multicelulares y algunos de ellos conquistaron la Tierra. No obstante algunos autores llegaron a aventurar, en la segunda mitad del siglo XX, una teoría diferente, según la cual aquellas primeras moléculas vivas no se formaron en los mares terrestres, sino que pudieron llegar desde el lejano espacio a lomos de cometas y meteoritos. Esta teoría fue defendida por Fred Hoyle, basándose en que el nacimiento de la vida compleja en los mares terrestres era enormemente improbable. Pero ¿qué es la vida?, ya que no es fácil definirla. Un ser vivo es algo o alguien que nace, se desarrolla, reproduce y muere, pero cualquier elemento terrestre hace eso, incluso una montaña. Otra característica de la vida es la muerte, todo lo vivo acaba… muriendo… y la vida existe porque intercambia energía y materia con el entorno, y eso provoca un constante cambio de los elementos de cada ser vivo. El conjunto de esas reacciones ordenadas con un fin concreto, lo llamamos metabolismo. Pero cuanto el individuo muere, ese intercambio se desordena; de hecho todos los constituyentes del ser vivo siguen existiendo después de su muerte, pero organizados de forma muy distinta. Y es que los átomos son independientes, es decir no tienen que alimentarse para subsistir, tienen toda la materia y toda la energía que necesitan para ser ese mismo átomo durante mucho tiempo, a veces millones de años. Pero los seres vivos están organizados de tal modo que necesitan intercambiar energía y materia con el entorno de forma ordenada para seguir vivos. Cualquier organismo es un lugar de tránsito de toda clase de átomos y moléculas que entran y salen de él, intercambiando energía en diversos procesos; todo ello es imprescindible para seguir estando vivo. Pero con la muerte, los elementos constituyentes del organismo vuelven al equilibrio del entorno y el cuerpo se enfría desde los 37 grados vitales hasta alcanzar la temperatura del entorno. Como punto final y como dice Pablo Ruiz Frontera en su artículo “Sobre la Inmortalidad” (El País 29 marzo 2016), nada se crea ni se destruye, sino que se transforma. Esto viene a demostrar nuestra inmortalidad. Si bien morimos, todos los humanos somos eternos, desde un punto de vista físico. Todos somos materia; somos el producto de la reorganización estructural de átomos que existen desde el origen del universo. Al morir, nuestras células se desintegran, pero los átomos que nos conforman continúan existiendo, pudiendo volver a formar parte de otra estructura o incluso de otro ser vivo. Por ello dice, que para los que creemos en la vida eterna, esta demostración de inmortalidad, que ofrece la física, nos consuela. Desde otro punto de vista más espiritual, José Manuel Sánchez Ron, dice lo siguiente respecto de la vida (Arecibo, El Universo entre Montañas, El Cultural del Mundo de 15 abril 2016): “La vida es un conjunto de recursos, que van y vienen de manera espontánea o provocada, y de proyectos de futuro, con el presente escapándosenos constantemente, como si fuera la sombra, la ilusión, de una realidad evanescente.” abril 2016

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