Vinopolis: destino vino en Londres
Casi a orillas del Támesis, no lejos del London Bridge y en pleno Bankside londinense, se halla una ciudad muy singular que reúne bajo un mismo techo calles y barrios que agrupan lo más abarcador e interesante del vino en el mundo: Vinopolis.
Vinopolis es un edificio restaurado que contiene bajo un mismo techo una diversidad de destinos vitivinícolas, a través de los cuales puede descubrirse una excelente panorámica sobre la elaboración de vino en todo el mundo.
Copa en mano por equipaje, el visitante recorre pausadamente y usando los cinco sentidos, diversas galerías temáticas que desplegan destinos tan diversos como el mundo del jerez y el oporto, la elaboración del champán, los vinos de Italia o Francia, o los de España y Sudáfrica, entre otros. Las galerías intentan recrear aspectos muy emblemáticos de los países productores, como la arquitectura, la cultura, las vides, o los paisajes que pueden irse disfrutando a medida que se recorren el recinto, cual si fuera in situ, y las explicaciones que en él abundan.
Existen además exhibiciones de botellas y copas antiguas, botellas de relevancia en subastas de vino, y exhibiciones temáticas relacionadas con el vino y su historia, de significado particular para quien desea aprender sobre temas históricos y más específicos. Las paradas incluyen una dedicada a los vinos de nuevas latitudes en Asia, además otras dos, una a la ginebra y otra al whisky. A lo largo del recorrido el enófilo hallará vending machines donde podrá comprar chucherías para comer y poder seguir degustando vinos de todo el mundo.
Porque uno de los ejercicios más interesantes de este particular recorrido son las catas, y con frecuencia se cambia la oferta de vinos disponibles para éstas. Vinopolis ofrece una oportunidad excepcional de degustar vinos de zonas poco conocidas como Georgia o Galilea, o de nuevas latitudes como los chinos o aquéllos cuyas vides proceden de los viñedos flotantes de Tailandia.
Los vinos Monsoon Valley, procedentes de los viñedos flotantes tailandeses, incluyen en su etiqueta el año budista, en lugar del cristiano. El Monsoon blanco se elabora con la uva Malaga Blanc, se fermenta en acero inoxidable, y denota tonos verdoso-pajizo, aromas frutales y a nuez, un poco cerrados, así como un toque dulce al paladar que lo revela como un vino demasiado joven y poco hecho.
Vinopolis ofrece una extraña oportunidad de probar el Absinthe, una bebida exótica también conocida como “hada verde”, y que fuera muy popular durante la Belle Époque parisina y su entorno artístico. El absinthe, que recuerda al anís o al ouzo griego, fue una bebida prohibida en diversos lugares, porque se alegaba que su ingrediente principal, el ajenjo, tenía efectos similares al cannabis. Por ello, su consumo se prohibió en los Estados Unidos y en Francia, aunque en este último país nunca dejó de elaborarse para la exportación. El absinthe nunca fue ilegal en el Reino Unido. Hoy día, puesto que la vinculación con el cannabis no se ha podido demostrar, el absinthe está teniendo un resurgir sobre todo por sus propiedades medicinales, y su consumo ha vuelto permitirse en lugares donde estaba prohibido. El vino tinto chino Huahong 2003, elaborado a partir de variedades autóctonas de la China y un vino que se percibe de color poco intenso y cuerpo muy liviano, a pesar de notarse algunos toques minerales. El vino destacaba un poco carbónico, cual si fuera casi un vino de aguja.
Vinopolis dispone, además, de un pequeño anfiteatro donde se ofrecen sesiones de aprendizaje de cata, un restaurante, tiendas especializadas en materiales y memorabilia relacionada al vino, y una amplia selección de vinos y whiskies para la venta. Para quien no le tenga miedo al “tube”, es decir, al metro, Vinopolis queda a muy poca distancia a pie de la estación de London Bridge, y su ruta está perfectamente rotulada para que el visitante no se extravíe.
Iñigo.-
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